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El No parque de Fuentes del Narcea

Fuentes del Narcea : Parque sin Vecinos

Reproducimos aqui un artículo de José Alipio García Menéndez profesor y vecino de Tablado. Publicado en : Ver carta original

Desde hace mucho tiempo, quizá demasiado, se están publicando opiniones, que no coinciden con la realidad, sobre el futuro parque de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.

Nos resulta doloroso y fuera de contexto el desconocimiento total que vierte la mayoría de los que opinan sobre sus gentes, sus costumbres y, en definitiva, sobre su manera de entender la vida y de relacionarse con el medio, en este caso, con la naturaleza. Los vecinos, los que vivimos, conocemos y amamos nuestra tierra, no contamos para bien, sólo para mal, pues nos consideran talibanes, depredadores o furtivos como si los políticos cuneros o los ecologistas domingueros, que viven en las ciudades, fueran los que hicieron que el medio presente un grado de conservación óptimo. Salvo las explotaciones, en el límite del parque, a cielo abierto de Vitorino Alonso en Tormaleo y otras minas de la zona, junto con el fuerte impacto que se dio en el acondicionamiento de la AS-212, en el que se vertieron miles de toneladas de escombros e, incluso, quedan restos de maquinaria y red en los taludes.

No se nos informó del anteproyecto de ley. Lo que sí se hizo es enviar a algunos pueblos a funcionarios, sin ningún escrúpulo, que trataron de adoctrinarnos considerándonos menores de edad. Por favor, señores de la Administración, un poco de seriedad y cuando envíen a alguien a un pueblo que al menos no sea analfabeto funcional, ya que eso ya lo somos muchos de nosotros, no todos.

Pensamos que nos faltó información veraz y adecuada para poder tomar una decisión sosegada como implicados que somos teniendo en cuenta nuestro sentido de la responsabilidad, pues afecta a nuestro futuro y al de nuestros descendientes. Entendemos que sería bueno informar a los vecinos de forma precisa y concisa para delimitar el problema en sus justos términos.

Decimos, muchos, que ya pasó la época de las vacas gordas, que el monocultivo del carbón llegó a su fin, que tenemos que buscar nuevos nichos de riqueza para poder seguir viviendo en nuestras tierras, esas que están llenas de recuerdos y significados que nos dicen algo. Vemos con preocupación que en la ley se nos limitan nuestros derechos a cambio de nada, que nos ponen una carga tan pesada que, prácticamente, nos obligan a abandonar nuestras tierras, a emigrar, a ser forasteros en el lugar al que nos desplacemos. Da la sensación de que lo que el Gobierno del Principado quiere es un parque sin vecinos para llevar a visitantes de fuera. Esto nos parece un error porque allí donde el hombre no cuida las sendas, las tierras, los prados... no habitan ni los pájaros más insignificantes, todo se convierte en erial. No nos parece serio que a las alegaciones presentadas se nos contestara de forma impersonal, en un panfleto estereotipado y confuso. Si nos molestamos en plantear alegaciones, se podían molestar en contestar de forma personalizada y justificar el sueldo y el respeto que se nos debe como Administración, pues somos ciudadanos y no súbditos ni siervos.

Es curioso que la mayoría de los que lo defienden no viva lo cotidiano en el sitio. O viven en la ciudad o no tienen allí ningún arraigo, pues no consideran la tierra como propia; sólo es un medio para sacar lo que se pueda y llevarlo a la ciudad. Están de tránsito, de paso hacia ninguna parte. No entendemos cómo no se nos da la posibilidad de participar en su gestión en la toma de decisiones, pues es nuestra vida la que está en juego, no la de los burócratas y desocupados de la ciudad. Tampoco vemos por qué no se buscan nuevas fórmulas o se cambia la ley diciendo que los vecinos participarán en un 40 por ciento o 50 por ciento. Por otro lado, no sería nada malo buscar fórmulas alternativas al parque, como entregar los montes a los vecinos para que los administren como propios y por ello reciban unos beneficios.

Un sector del PP y algunos nacionalistas fueron los que supieron detectar el problema que subyace en el fondo de la cuestión, acaso sean los que mejor supieron entender el sentir popular. Otros partidos y sindicatos se declararon a favor sin consultar a nadie por real decreto dictado desde Oviedo al pie de la letra. Tendremos que luchar todos para evitar que un grupo de bárbaros o cabreados conviertan el parque en humo y cenizas. Con ello perderemos todos, pero, los que más, los vecinos.

Busquemos fórmulas para que eso no ocurra y a ver si la Administración entiende que ella es quien tiene la solución y que debe velar por los intereses de todos. Necesitamos mayor calidad de vida, necesitamos acercamiento de los servicios, necesitamos más visitantes, necesitamos más dinero de la Administración, necesitamos mejores comunicaciones, necesitamos pagar menos impuestos, necesitamos compensaciones para poder vivir en una zona tan dura, pero lo que en absoluto necesitamos son imposiciones como ésta. Sería bueno que se nos escuchara, pues algo tenemos que decir y lo diríamos como afectados.

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